Espejos en los gimnasios: ¿vanidad o necesidad?

El uso de espejos en los gimnasios hace que las mujeres se sientan peor con respecto a su imagen que cuando no tienen la oportunidad de mirarse a sí mismas, según la Health Psychology (Asociación Americana de Psicología).

El uso de espejos es muy común en los gimnasios, pero ¿qué tiene de inspirador en verse sin aliento y bañado en sudor? Para los principiantes, no es muy positivo verse en esta situación. El estudio demostró que las mujeres que entrenan frente al espejo se sienten peor que aquellas que lo hacen sin el mismo.

El estudio afirma además que “el uso de espejos en gimnasios tal vez deba ser reconsiderado, especialmente en aquellos interesados en captar alumnos principiantes”. Los estudiosos de la Universidad McMaster en Hamilton, Ontário, estudiaron a lo largo de un año, a 58 mujeres sedentarias cuya edad media era 21 años. Primero, respondieron a preguntas sobre como se sentían con respecto a su imagen corporal, cuan confiadas estaban de su habilidad para pedalear en la bicicleta estacionaria y como estaba su humor. Si, por ejemplo, ellas se sentían “tranquilas” o “agotadas”.

Las mujeres que participaron del estudio pedalearon en dos ocasiones, con intensidad moderada, durante 20 minutos. La primera vez, ellas estaban en una sala con espejo, y durante la segunda sesión, los espejos estaban cubiertos con cortinas.

Después de cada sesión, ellas respondían a las mismas preguntas que habían respondido al comienzo. Cuando las mujeres pedalearon mirándose al espejo, ellas se sintieron peor que cuando no podían verse a sí mismas, concluyó el estudio. Por ejemplo, pedalear en frente al espejo dejó a las mujeres más inquietas con su apariencia y más fatigadas.

Según la estudiosa Kathleen Martin Ginis, el estudio está comprobado y sucede con todas las mujeres. “Esas mujeres, por lo general, no tenían sobrepeso, e incluso aquellas con buena autoimagen se sintieron peor después de ejercitarse frente al espejo”, afirmó.

Otros estudios han demostrado que estar sin aliento frente a un espejo tiende a hacer  que una persona se sienta peor, afirmó Ginis. Y no se trata apenas del cuerpo. Incluso sin ejercicio, estarse mirando al espejo por un tiempo prolongado, hace que las personas comiencen a pensar en sus imperfecciones. “Nosotros tendemos a ser muy autocríticos,“ afirma ella.

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